Conocí a Nelson en la librería de Pilar. Ese «faro de luz» que nos ha iluminado tanto tiempo…
Me hablaron bien de él, decían que hacía charlas muy interesantes.
Uno, necesitado de respuestas a tantas preguntas trascendentales, se apuntó a una de estas charlas.
La primera, salí sin ninguna respuesta y con cien preguntas más añadidas a las que ya tenía. Pensé: bueno, quizás no era su mejor día. Ya volveré en otra ocasión, y a ver.
Segunda charla: a las preguntas que ya tenía se sumaban las cien que me añadió en la primera charla.
Bien: salgo sin ninguna respuesta y sumando otras cien preguntas más. No vamos bien!
Tercera charla: ya vamos por trescientas preguntas y ni por asomo una posibilidad de respuesta. Es más, además me cambió hasta las preguntas que traía yo, tan ordenaditas para ver si me las respondía.
En fin, la conclusión es que Nelson es un sembrador de confusión.
Por cuestionar, hasta cuestiona la táctica del fuera de juego y el sistema 4-2-3-1. Los entendidos sabrán de qué hablo.
Por su culpa, ahora, ya no sé nada! Ni siquiera lo poco que sabía de fultbol!
Que me devuelvan el dinero
Juan del Puño Cerrado